Westmalle Trappist Dubbel
La Westmalle Trappist Dubbel es una cerveza trapense de estilo Belgian Dubbel elaborada en la Abadía de Westmalle, en Bélgica 🇧🇪. Esta es una cerveza que durante su proceso de maduración es sometida a una segunda fermentación en la propia botella, durante tres semanas en la bodega de la propia abadía. A la vista presenta un cuerpo medio, de oscuro color caoba con reflejos rubí, que se remata con una corona de espuma cremosa de color siena. Esta Westmalle Trappist Dubbel regala aromas ricos y complejos, con notas afrutadas que recuerdan a malta de cereal, caramelo tostado, chocolate y levadura. En el trago se presenta sedosa y agradable, de sabor complejo al igual que en el aroma. Detalles a malta tostada, frutos secos y chocolate, con un retrogusto largo, amargo y afrutado.
Sobre Westmalle
Westmalle es la marca bajo la que los monjes trapenses de la Abadía de Westmalle comercializan sus cervezas de estilos clásicos belgas. Las cervezas trapenses de la abadía de Westmalle son conocidas en todo el mundo. La fábrica de cerveza contribuye al sustento de la abadía, la elaboración de la cerveza no es ninguna actividad puramente comercial en Westmalle. La mayor parte de los ingresos de las ventas vuelven a la fábrica de cerveza y son invertidos en mejoras en las condiciones de trabajo. Los monjes no se encargan de elaborar ellos mismos la cerveza, sino que confían el proceso de elaboración de la cerveza a colaboradores externos. Los monjes se encargan de la dirección general de la fábrica de cerveza. La parte de los beneficios que no se destina a su propio sustento, va a fines sociales, obras sociales y personas con necesidades.
La elaboración de cerveza entre los muros de la Abadía comenzó en 1836, en diciembre de aquel mismo año los monjes trapenses pudieron degustar en la comida la primera cerveza producida por ellos mismos. Aquella primera cerveza era la Westmalle Trappist Extra, una cerveza rubia que aun hoy en día continua siendo la cerveza de la comida para cada monje. Con la limitación de una diaria. Durante los primeros años, la abadía solamente elaboraba cerveza para consumo propio. Sin embargo, a partir de 1856 los monjes venden, a menudo, cerveza en la puerta. Y lo hacen con tanto éxito, dado que en poco tiempo es tan grande la demanda, que la fábrica de cerveza se tiene que ampliar en los años 1865 y 1867. Es en el año 1921, cuando los monjes deciden vender su propia cerveza a comerciantes de cerveza. Las ventas de cerveza siguen aumentando durante las décadas siguientes, por lo que la fabrica de cerveza se va ampliando y mejorando sus instalaciones. Cada paso dado se realiza teniendo en cuenta las condiciones de trabajo y el respeto por el medio ambiente. Desde hace más de 180 años, la fábrica de cerveza elige las materias primas más puras: su propia agua, 100% cebada malteada, conos de lúpulo auténticos, azúcar y levadura cultivada en el lugar. Así se elabora una cerveza tradicional, lejos de todas las tendencias actuales. Cada inversión está encaminada a mejorar la calidad. Esta ha sido la mentalidad a lo largo de toda la historia de la fábrica de cerveza.
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